México, por sus características geográficas y topográficas, es un país propenso a sismos, históricamente tenemos antecedentes bastante particulares, en este mes de septiembre ya se han presentado varios sismos y terremotos que han marcado la historia de nuestro país:
Terremoto del 19 de septiembre de 1985
El primero de los “particulares” y terribles terremotos de la historia reciente de nuestro país. Con una magnitud de 8.1 fue mucho más intenso que el del año 1957 y la falta de preparación dejó un saldo impreciso de víctimas fatales, se estima que fueron más de 3100 personas las que perdieron la vida, afectando principalmente a Ciudad de México.
Terremotos del 07 y 19 de septiembre del 2017
La magnitud de este terremoto fue superior a la del año 1985, de 8.2 grados en Chiapas y tan solo 12 días después se presentó un sismo de magnitud 7.1 en Puebla que también dejaron un gran número de víctimas y daños en las infraestructuras.
Terremoto del 7 de Septiembre del 2021
Apenas el año pasado se registró un sismo con una magnitud de 7.1 cuyo epicentro fue en el estado de Guerrero, aunque en este caso el terremoto no dejó tantas víctimas mortales, si hubo un gran número de afectados por cortes eléctricos y derrumbes.
Sismo del 19 de Septiembre de 2022
En el marco de la conmemoración de los 5 años del sismo del 2017 se realizó un simulacro de evacuación, luego, tras realizado el simulacro, se presentó un sismo real, con una magnitud de 7.7 grados con epicentro en el estado de Michoacan, no tuvimos ninguna afectación en el colegio y en la ciudad hubo al menos un par de víctimas fatales y algunos daños a infraestructuras, ya estamos mejor preparados así que los daños no fueron tan fuertes como en ocasiones anteriores, sin embargo, el apoyo emocional siempre es muy importante, por eso queremos dar estas recomendaciones para el manejo de la situación con los niños luego de ocurrido el sismo:
Evitemos decirles “no pasó nada”
Sabemos que sí pasó algo, tembló, se sintió muy fuerte y mucha gente se asustó, aunque hay quienes saben controlar sus emociones y mantener la calma en estas situaciones, no todos reaccionan igual y hay quienes entran en pánico, en esos casos lo mejor es tratar de alejar a la persona del lugar más convulsionado y llevarlo a un sitio calmado, hablarle con frases cortas, calmadas y asertivas y permanecer a su lado por si necesita apoyo.
Hay que dejarlos expresar sus emociones
siempre es útil abrazarlos, si eso los hace sentir más cómodos, dejarlos llorar si con eso van a aliviar un poco todo el cúmulo de emociones que pueden tener, es importante dejarlos desahogarse y no regañarlos ni reprimirlos. Si los adultos estamos asustados, los niños se asustarán más, así que debemos tratar de controlarnos y mantener la calma.
Hacer las cosas con pausa y calma
No debemos estar acelerados, si los adultos vamos a conducir debemos hacerlo con mucha precaución y prestando mucha atención a nuestro alrededor, debemos tener presente que pueden presentarse réplicas en cualquier momento.
El descanso también es importante
Las cargas emocionales fuertes también generan sensación de fatiga y cansancio, por eso es importante permitirles a los niños que se tomen sus momentos para descansar y asimilar bien todo lo que está pasando a su alrededor, los adultos también deberíamos hacerlo, hacer pausas esporádicas no es mala idea.
¿Qué opinas sobre esto? ¿Cómo has manejado la estabilidad emocional de los niños en estos últimos terremotos?
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